Vivimos en un mundo demasiado dinámico donde los sentidos tienen que estar al 100% para avanzar en el mismo orden de la vida diaria, estamos expuestos a una serie de situaciones que nos mantienen en una alerta constante.

Todas las personas somos consumidores por necesidad, desde algo muy simple como una botella de agua hasta algo más complejo como un automóvil, sin embargo no todos tenemos o más bien dedicamos el tiempo necesario para analizar las alternativas que se adecuen mejor opción a lo que necesitamos, somos por consecuencia devoradores de la publicidad.

Si volteamos a cualquier dirección podemos encontrar una serie de personas dedicadas a una labor en específico y siendo más observadores podemos detectar que un muy alto porcentaje de estas personas portan un uniforme.
Partiendo del concepto de la palabra como tal, Uniforme significa: Que tiene la misma forma o las mismas características.

Ahora bien, haciendo historia mucho tiempo en nuestras vidas hemos usado un uniforme, desde el del colegio donde estudiamos y donde no queríamos usar los colores de otra escuela hasta el del equipo con el que uno se identifica.

¿Qué sucede si la publicidad y un uniforme se combinan?

Identificarte, el punto más importante de usar una vestimenta que no solo transmita mi producto sino que muestre al exterior la forma en que estoy identificado con mi producto o servicio, cual es el resultado, se genera un vínculo de confianza.